La 'estrategia de multas' de la familia Gmür.

Texto Philipp Gmür Ilustración Kornel Stadler
Estrategia de pruebas, estrategia de vacunación, estrategia de apertura: las columnas de los periódicos están llenas de esta palabra mágica, no sólo en tiempos de «corona». El definir una estrategia es probablemente una de las disciplinas reina de los políticos, practicantes de artes marciales, abogados defensores, entrenadores de fútbol y responsables de empresas. Las estrategias de negociación, estrategias de elección, estrategias de mercado, estrategias de defensa, estrategias de clientes y estrategias de litigación han de garantizar una acción orientada a objetivos. Para dar peso a un tema concreto se suele decir que es «estratégico». Lo que tiene éxito suele atribuirse a una buena estrategia. La causa de los fracasos, en cambio, se suele buscar en la falta de estrategias o en una estrategia equivocada. Por supuesto, tener una estrategia siempre ayuda. Sin embargo, a menudo el éxito o el fracaso también dependen de factores externos, de lo imprevisto o inesperado o de eventos fortuitos. Lo importante es ser flexibles y, en caso necesario, ser capaces de reajustar una estrategia una vez que haya sido aprobada.
A veces ocurre que alguien de mi familia conduce un coche registrado a mi nombre, y a veces también ocurre que más tarde recibo una carta con una notificación de multa. Para evitarse mis preguntas incómodas sobre quién volvió a circular con exceso de velocidad o quién dejó el coche mal aparcado, mi mujer y mis hijos idearon la siguiente estrategia: se informaban mutuamente de los próximos 'saludos' policiales y los sacaban del buzón sin que yo lo supiera. Sin embargo, en tiempos del teletrabajo ocurría de vez en cuando que era yo quien vaciaba el buzón. Así que se hizo necesario adaptar la estrategia: en lugar de los intentos de justificación, ahora recibo como respuesta una sonrisa desarmante combinada con la pregunta de si no quiero ocuparme de las cosas que realmente importan.
Cordialmente, Philipp Gmür
Preguntas, ideas, opiniones: redaktion.viva@helvetia.ch
viva. ascender.